Dios, infinitamente bondadoso
y glorificado en medio de tus santos.
Tú que inspiraste
al santo monje y ermitaño Chárbel
para que viviese y muriese
en perfecta unión con Jesús Cristo,
dándole la fuerza para renunciar al mundo
y hacer triunfar desde su ermita,
el heroísmo de sus virtudes monásticas
pobreza, obediencia y santidad:
te imploramos nos
concedas la gracia de amarte
y servirte siguiendo su ejemplo.