Señora mía bendita, Santa Madre de Dios.
¿Quien ha sido en esta vida mas atribulada,
después de vuestro bendito Hijo que vos?
¿Quien ha sido más combatida de angustias y penas?
¿Quien atravesada del más agudo chillido de dolor?
Todas las penas y tormentos
que pasó vuestro piadoso corazón
no solamente os sirvieron
que pasó vuestro piadoso corazón
no solamente os sirvieron
para ser semejantes en el padecer a vuestro hijo
y acrecentar vuestras coronas, sino también
para que os compadecieseis más de los que padecen
y dieseis la mano y sustentaseis
con vuestro brazo poderoso
con vuestro brazo poderoso
a los que sumidos en el abismo
de miserias y calamidades,
nos anegaríamos sino alzásemos los ojos a vos.
de miserias y calamidades,
nos anegaríamos sino alzásemos los ojos a vos.