¡Santa Teresita!
Vengo a tus plantas lleno de
confianza
a pedirte favores.
La Cruz de la vida me pesa mucho
y no encuentro más que espinas
entre sus brazos.
¡Florecitas de Jesús!
Envía sobre mi alma una lluvia de
flores
de gracia y de virtud,
para que pueda subir
el Calvario de
la vida
embriagado en sus perfumes.