El Reino de Dios se conquista con el esfuerzo. Pero el Señor no te ha dado acceso al reino por tus méritos, sino por pura gracia.
Es que el Señor te quiere, no lo olvides nunca.
Este Reino está habitado solo por las almas totalmente abandonadas al Rey de reyes. Las almas que han decidido extirpar de ellas todo rastro de amor propio, todo vestigio de orgullo nato.
Todavía hay en ti sutiles huellas de orgullo.
Destiérralas y trabaja la buena tierra así liberada.
ORACION A LOS ANGELES DE LA FUERZA
PARA RENOVAR NUESTRAS ENERGIAS