Purísima Madre del Santo Niño de Atocha,
trono delicadísimo de la Majestad increada,
fecundo lirio de los valles,
fosa celestial de Jericó,
relicario purísimo de la Trinidad Santísima,
fuente clarísima donde estaban representadas
las cristalinas aguas de la divina, gracia.
Paraíso deliciosísimo,
jardín supremo de la Gloria,
panal fecundo de la mas dulce y suave miel,
Médica soberana por quien, después de Dios,
vive todo el orbe de la tierra.
Hija querida del Eterno Padre
en quien se regocija y llena de placer,
amorosísima esposa del Espíritu Santo
aurora que alegras a todos el mundo,
general abogada,
firmísima esperanza de los pecadores
y bondadosa Madre Mía.