En momentos de amargura,
cuando falte la esperanza,
cuando falte la esperanza,
a la Virgen Milagrosa
invoquemos con fe pura
diciendo con humildad:
invoquemos con fe pura
diciendo con humildad:
Escuchadnos desde el Cielo,
Virgen Milagrosa amada,
porque vuestra gran piedad
siempre es amor y refugio,
escuchadnos desde el Cielo,
y dadnos ayuda y consuelo.
Virgen Milagrosa amada,
porque vuestra gran piedad
siempre es amor y refugio,
escuchadnos desde el Cielo,
y dadnos ayuda y consuelo.
Con beneficios patentes
os mostráis siempre propicia,
y vuestro amor acaricia
sin distinción a las gentes
cuando acuden reverentes
solicitando piedad
y ayuda en causas urgentes.
(Hacer la petición)
Del peligro y de los males
libra la Reina y Señora,
es Madre del que la implora,
y las gracias celestiales
dona a sus hijos mortales.
Su ayuda siempre esperad.
Milagrosa y amada Madre,
escuchadnos desde el Cielo,
y dadnos ayuda y consuelo.
y dadnos ayuda y consuelo.
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