Dulcísima y Bienaventurada
siempre Virgen María de las Mercedes
Benignísima madre de Dios.
Estrella resplandeciente del mar,
Luna hermosa y protectora,
escogida como el sol,
escucha Señora nuestros ruegos.
Tú que benigna y clemente
siempre has atendido desde los cielos,
a los tristes lamentos de los pobres cautivos,
que se arrepienten de sus culpas
y viven la dureza de las prisiones.
Por medio de tu religión de redentores,
por este profundo ardor de tu caridad,
por esas vuestras sacratísimas entrañas,
en que encarnó el hijo de Dios
para nuestro remedio y salvación,
os pedimos dulcísima María,
que les deis consuelo protección,
y roguéis a Dios para conseguir
la remisión de sus culpas
y una pronta liberación,
que les permita reinsertarse
y llevar una vida honesta y digna
en compañía de sus familias.
Especialmente te pido por:
(Decir el nombre de la persona)
Cobíjalo bajo tu amparo.
protectora Madre,
y no te olvides de los que sufren
en la tristeza y la soledad.
Amén.
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