Oh Madre poderosísima de Dios
y Madre amorosísima nuestra:
y Madre amorosísima nuestra:
Con todo el afecto
y fervor de nuestras almas
te rogamos que nos concedas,
no sólo a nosotros,
sino también
a todos nuestros parientes y amigos,
y a los habitantes de toda la Isla,
la gracia de cifrar en Ti
nuestra esperanza
y de agradarte con una constante
y fervorosa devoción.
y fervor de nuestras almas
te rogamos que nos concedas,
no sólo a nosotros,
sino también
a todos nuestros parientes y amigos,
y a los habitantes de toda la Isla,
la gracia de cifrar en Ti
nuestra esperanza
y de agradarte con una constante
y fervorosa devoción.
Dígnate conservar y aumentar
el amor que te profesa Puerto Rico,
y que echen cada día en nuestro suelo
raíces más profundas la moral,
la piedad, la Religión Católica.
el amor que te profesa Puerto Rico,
y que echen cada día en nuestro suelo
raíces más profundas la moral,
la piedad, la Religión Católica.
Derrama tus luces soberanas
sobre nuestros gobernantes,
para que, con acertadas leyes
y disposiciones saludables,
promuevan nuestro bien
temporal y eterno.
sobre nuestros gobernantes,
para que, con acertadas leyes
y disposiciones saludables,
promuevan nuestro bien
temporal y eterno.
Haz que te seamos fieles
hasta la muerte,
a fin de que, después de haberte amado,
venerado, invocado e imitado
en la presente vida,
te amemos, veneremos, ensalcemos
e imitemos en la gloria,
por eternidad de eternidades.
hasta la muerte,
a fin de que, después de haberte amado,
venerado, invocado e imitado
en la presente vida,
te amemos, veneremos, ensalcemos
e imitemos en la gloria,
por eternidad de eternidades.
Así sea.
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