¡Oh poderosa Virgen de los Remedios!
Alegre llego a las plantas de tus pies,
sabiendo que todos tus hijos
que imploramos ayuda y socorro
como el hijo acude al regazo de su madre,
encuentra amor, ayuda y protección.
Soy dichoso por ser tu Hijo,
y a Ti recurro en busca de remedio
para mis problemas y necesidades,
que son grandes y me angustian.
(Realizar las peticiones)
A tu consideración las someto,
en tus manos las dejo,
a tus pies, imploro tu ayuda:
Remedia mis males Madre,
trae a mi vida la calma,
que aportará la solución a mis problemas.
Madre María de los Remedios,
no dejes en el abandono a este tu siervo,
que te ama y te venera.
Alcánzame de tu Santísimo Hijo,
la paz de este mundo y la gloria eterna.
Amén.
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