Hermano Ángel,
hazme quedar pequeño,
pobre y humilde;
Mueve mi alma a escondidas
para que sea ingeniosa en el espíritu de sacrificio
y expiación en el amor,
junto con todas las almas víctimas,
llegando de esta manera a ser,
como una chispita en la zarza ardiente
sobre la cual Dios desciende para ser adorado.
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