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domingo, 7 de abril de 2013

ORACIÓN Y REFLEXIÓN PARA EL 5 DE ABRIL

 Dice tu Angel hoy:
 
Tú no puedes ver al “Señor de los señores, el único que es inmortal, el que habita una luz inaccesible, a quien ningún hombre ha visto ni puede ver” (Tim 6, 15-16).
 
Solo puedes creer en Él. Tu fe es tu único apoyo, la gracia es el armazón.
 
Sin embargo, cuando la fe alcanza la plenitud, se convierte en evidencia. Has llegado a este nivel de tu creencia espiritual.
 
Por la gracia y no por méritos, en la plenitud de la fe, comparte generosamente este don que desborda tu corazón. Da, da todavía y nunca dejes de dar.
 
Lo que tú compartes, es el amor del Señor. Y que los hombres no olviden que son inmortales en Aquel, que, solo, posee la inmortalidad.
 

 
ORACION DE PROTECCION Y CONSAGRACION
A SAN MIGUEL ARCANGEL
 
Oh nobilísimo Príncipe de los Ángeles,
valeroso guerrero del Altísimo,
celoso defensor de la gloria del Señor,
terror de los espíritus rebeldes, amor
y delicia de todos los Ángeles justos,
mi queridísimo Arcángel San Miguel:
 
Deseando formar parte
del número de tus devotos y siervos,
hoy a tí me consagro, me ofrezco y me entrego.
 
Coloco mi persona, mi trabajo, mi familia
y todo lo que me pertenece
bajo tu poderosísima protección.
 
Es pequeño el ofrecimiento de mi servicio,
siendo yo un miserable pecador,
pero tú aumentarás el afecto de mi corazón.
 
Acuérdate que de hoy en adelante
estoy bajo tu amparo y debes asistirme
durante toda mi vida.
 
Alcánzame el perdón
para mis numerosos y graves pecados,
la gracia de amar a Dios de todo corazón,
a mi querido Salvador Jesucristo,
a mi Madre Santísima y a todos los hombres,
mis hermanos, amados por el Padre
y redimidos por el Hijo.
 
Obténme los auxilios que me hacen falta
para alcanzar la corona de la eterna gloria.
 
Defiéndeme de los enemigos del alma,
especialmente en la hora de la muerte.
 
Oh Príncipe gloriosísimo,
ven a asistirme en la última lucha,
arroja lejos de mí y precipita en los abismos del infierno
 al ángel soberbio y prevaricador
que un día postraste en combate en el Cielo.
 
En esa hora, San Miguel Arcángel,
condúceme ante el trono de Dios
para cantar contigo y con todos los Ángeles la alabanza, honor y gloria de Aquel que reina por todos los siglos.
 
Amén.
 
San Miguel Arcángel, defiéndenos en el combate
para que no perezcamos en el supremo juicio.




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