No olvides que la presencia del Señor en ti, es el signo grande y maravilloso de su perdón. Muchas veces en el curso de tu vida has merecido ser abandonado a tu suerte, ¿Te acuerdas? Yo lloraba cerca de ti. Jesús te ha retenido sin cesar al borde del abismo, gracias a su infinito amor que le ha hecho derramar su Sangre hasta la ultima gota; gracias también a la intercesión de almas privilegiadas.
Ahora haz lo mismo con otras almas que te son confiadas. No eres un islote perdido en un océano de lágrimas, tú formas parte de la gran comunión de los santos. El Señor os ha asociado a todos a su obra de salvación de la humanidad. “Porque muchos son los llamados y pocos los elegidos” (Mt 22, 14).
La elección procede de una libre adhesión a una llamada dirigida a todos.
ORACIÓN AL ÁNGEL DE DIOS
PARA PEDIR MILAGROS
¡Oh Ángel del Señor!
Se tu el mensajero del milagro que espero.
Trae hasta mí el amor de mi Padre el Señor nuestro Dios, para que alivie mis necesidades físicas,
Se tu el mensajero del milagro que espero.
Trae hasta mí el amor de mi Padre el Señor nuestro Dios, para que alivie mis necesidades físicas,
para prodigarme la compasión del Señor.
Alivia mi sentimiento de soledad, alivia mi temor,
Alivia mi sentimiento de soledad, alivia mi temor,
mitiga mi angustia.
¡Oh Ángel del Señor!
Dame el amor de mi Dios.
Oh Ángel del Señor, alivia mi pena.
Oh Ángel del Señor, tráeme consuelo.
Oh Ángel del Señor, báñame de luz.
Oh Ángel del Señor, cura mi cuerpo.
Oh Ángel del Señor, cura mi alma.
Oh Ángel del Señor trae hasta mi el milagro,
¡Oh Ángel del Señor!
Dame el amor de mi Dios.
Oh Ángel del Señor, alivia mi pena.
Oh Ángel del Señor, tráeme consuelo.
Oh Ángel del Señor, báñame de luz.
Oh Ángel del Señor, cura mi cuerpo.
Oh Ángel del Señor, cura mi alma.
Oh Ángel del Señor trae hasta mi el milagro,
porque tu eres el emisario del Señor mi Dios,
tú eres su alabanza,
tú compartes con nosotros la creación.
¡Oh Ángel del Señor!
En esta hora aciaga,
¡Oh Ángel del Señor!
En esta hora aciaga,
trae los dones del cielo a la tierra
y permite que se produzca el milagro,
que es la compasión del Señor,
que es la compasión del Señor,
ante este tu siervo más humilde y necesitado.
La verdad engendra verdad, y Dios es verdad.
El amor engendra vida, y Dios es vida.
El Señor crea amor y el amor es el milagro.
La verdad engendra verdad, y Dios es verdad.
El amor engendra vida, y Dios es vida.
El Señor crea amor y el amor es el milagro.
¡AMEN!
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