¡Oh
Santa Madre!
Reina de nuestros corazones,
Abogada de los casos más desesperados;
Madre pura y compasiva;
Madre del Amor Divino y llena de Luz Divina,
pongo en tus tiernas manos el favor que aquí
te pido...
( Hacer la petición y rezar la Salve, un
avemaría y gloria )
Apiádate
de nuestras miserias,
de nuestros corazones,
de nuestras lágrimas,
de nuestras aflicciones
y de nuestros sufrimientos del espíritu.
Acudo a Ti Madre mía,
para que por medio de tu Divino Hijo
Nuestro Señor Jesucristo,
sea escuchado mi ruego.
Yo prometo que al ser oída mi súplica,
difundiré Tu Gloria
¡Oh Madre Reina mía!
yo propagaré tu nombre
como Madre de nuestros corazones
y Reina del Universo.
Te ruego que me oigas postrado ante Tu altar,
donde diariamente nos das tantas pruebas
de Tu Amor y de Tu Poder,
consiguiéndonos la salud del cuerpo y el alma,
intercediendo por los ruegos con que a Ti
llegamos
ante Tu Amado Hijo Jesús.
Jamás perderé la esperanza en Ti,
¡Oh Madre! Virgen Reina nuestra,
y pídele a Nuestro Señor Jesucristo
que nos de salud de cuerpo y alma,
que perdone nuestros pecados
y que nos de fortaleza
para que perseveremos en nuestra Fe hasta el
fin,
y así gozar de su Amor y salvación.
¡OH Virgen Reina de nuestros corazones
sáname de cuerpo y alma pues en ¡Ti confío!
¡OH Virgen!
Reina de nuestros corazones,
guíanos y protégenos de todo mal y peligro,
de las asechanzas del enemigo,
en Ti confío!
¡OH Virgen!
Reina de nuestros corazones,
fortalece nuestra Fe
para que nos mantengamos en unión contigo
¡Oh Madre Reina!,
y junto a tu Hijo Amado Jesucristo,
en ¡Ti confío!
Tu
viniste ¡Oh Madre Reina y Amada!
en celeste aparición
a enseñarnos el Amor a Tu Divino Hijo
Jesucristo
y a conseguir con fervor
las gracias
por el Santo Rosario.
Amén.
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