¡Amantísima Madre
mía,
María Santísima del Carmen!
¿A quién sino a Vos,
que sois la salud de los enfermos,
el consuelo de los afligidos
y el amparo de los desvalidos,
he de acudir en esta extrema necesidad en que
me hallo?
Vos bien sabéis, Madre mía,
que por la divina voluntad de Dios
llevo padeciendo tanto tiempo
con esta penosa enfermedad,
sin que hasta ahora haya podido
encontrar consuelo en los médicos de la
tierra;
antes, al contrario,
mis sufrimientos van aumentando de día en día,
mientras siento agotarse mis escasas fuerzas
y me va faltando la necesaria paciencia para
soportarlos.
Espero de vuestro
bondadoso corazón ¡oh María!
que os compadeceréis de mi,
y que me otorgaréis la salud de que carezco,
pues no en balde cubro mi pecho
con vuestro Sagrado Escapulario,
que es prenda de vuestra amorosa protección
y universal medicina en las enfermedades
del espíritu y del cuerpo.
En retorno de esta gracia,
que no me negaréis,
yo os consagro mi alma con todas sus
potencias,
mi cuerpo con todos sus sentidos;
en una palabra, todo mi ser,
para que Vos dispongáis de mí
como cosa que os pertenece.
Si Dios Nuestro Señor, en sus altos juicios,
no quisiere darme la salud
que por vuestra mediación le imploro,
porque tal vez convenga para su gloria
y mi propia salvación el que yo sufra
y padezca con esta enfermedad,
entonces os pido, Madre mía,
que me alcancéis de Su Divina Majestad
la virtud de la paciencia,
para que con ella pueda sobrellevar mis
padecimientos
con la resignación propia de un buen
cristiano,
y por medio de ellos purificarme por completo
de todos mis pecados a fin de conseguir la
gloria eterna.
Amén.
AMANTISIMA VIRGEN DEL CARMEN, MADRE DE JESÚS Y MADRE NUESTRA, SIN PECADO CONCEBIDA. TE DAMOS LAS GRACIAS POR LA SANACIÓN Y LA SALUD DE TU HIJO APS, CONFIAMOS PLEMANENTE EN TI VIRGEN BENDITA, EN DIOS PADRE TODOPODEROSO, EN TU HIJO JESUCRISTO Y EN EL ESPÍTIRU SANTO SEÑOR Y DADOR DE VIDA. OS AGRADECEMOS INFINITAMENTE LA SALUD Y LA SANACIÓN QUE VAMOS A RECIBIR PARA VUESTRO HIJO APS. MUCHAS GRACIAS.
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