¡Oh, buen Jesús!,
Hijo
verdadero de Dios y de la Virgen María,
que con
Tu Pasión y Muerte
nos has
liberado de la esclavitud del demonio,
y, mediante los prodigios de la Cruz,
has
glorificado a tu sirviente Benito
otorgándole un poder ilimitado
sobre
las potestades infernales,
concédenos, te suplicamos,
mediante
la intercesión de este santo,
la
victoria en la lucha asidua que sostenemos,
no sólo
contra el demonio,
nuestro
principal enemigo,
sino
también contra las doctrinas perversas
y los
malos ejemplos de la vida licenciosa,
especialmente del hablar obsceno
y del
vestir inmodesto,
con los
cuáles los hombres de mala voluntad
buscan
perjudicar nuestras almas y nuestros cuerpos.
San Benito, especial protector nuestro,
intercede por nosotros
y ruega
a Jesús
nos
conceda las gracias especiales:
(hacer la petición)
tan necesarias para nuestra alma y nuestro
cuerpo.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
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